Después de pasar varios años sin ningún tipo de contacto con su familia, Shun vuelve a casa de sus padres acompañado de Mio. Acostumbrados a vivir con absoluta independencia, los chicos deben acomodarse ahora a las rutinas de la peculiar familia Hashimoto y a los continuos ataques de Fumi a su intimidad. Aunque en un principio Shun no se encuentra a gusto en esta nueva atmósfera, parece ir aceptándola poco a poco gracias al carácter alegre de Mio. Sin embargo, cuando todo empieza a marchar bien, Fumi los descubre en un momento íntimo en su habitación...